¿Crees que las bicicletas son cosa de niños y para el verano?
Recuerdo la desilusión inicial el año que encontré una fotografía en la zapatilla. Y también la enorme emoción al bajar las escaleras (pues me habían enviado a buscar pan) y ver en el portal la flamante bicicleta roja, una GAC. Se conoce que los Reyes pensaron que sería mejor dejarla cerca de la puerta de salida ya… Muchos años más tarde, puedo revivir aquella ilusión y sueño cumplido como si hubiese sido ayer.
Para un niño, al menos de mi época, tener una bicicleta era lo máximo; al margen de que muchas familias no podían permitirse comprárselas a sus hijos o al menos que éstos tuviesen una cada uno _cosa que en la inconsciencia infantil ni me planteaba_; era símbolo e instrumento de libertad total. Al menos así lo vivía yo.
Tengo recibido muchos castigos porque cogía la bici y me dedicaba a recorrer caminos de San Martín y otros pueblos del Concejo de Cudillero y vecinos, como San Cosme, Castañedo, Prámaro, las Brañas Vaqueiras, Lamuño, Arcallana… sin límite, perdiendo la noción de la distancia y del tiempo. Habrá castigo _pensaba a veces_ pero habrá valido la pena, ¡qué me quiten lo bailao!, lo pedaleao, en ese caso.
En realidad, no había castigo mayor que privarme de la bici, así por ejemplo, hubo un tiempo en que me mordía las uñas y mis padres probaron con todo para quitarme la manía, y nada. Hasta que dieron en colgarme la bicicleta de un gancho del techo del garaje… Allí la veía yo, triste y aburrida, inaccesible ella. No lo recuerdo, pero las uñas debieron de crecerme más rápido que en mi vida.
Hoy en día hay otros entretenimientos más sofisticados, pero en el pueblo sigue siendo un vehículo impresionante para moverte a tu antojo y con cierta rapidez. Veo a los chicos por los caminos en grupos a la carrera con sus bicis de marchas, sin portabultos, pero aún así llevando a alguien atrás… Algunos con casco y otros sin él. ¡El pueblo es la jungla! Es lo bueno que tiene, realmente: puedes hacer todo con más libertad y sin tantas normas. Se me agolpan los recuerdos…
Las bicis no son solo para niños, eso está claro; hay una enorme afición entre los adultos a salir con bicicletas de carrera y también al monte con otras todo terreno, y parece que cada día en alza, pues es una actividad que requiere cierta inversión inicial, pero luego no gastas más que calorías cuando sales de casa con ella. Y por otro lado, con esto de la moda retro o vintage, están causando furor entre el público en general, no tan deportista, las bicicletas recuperadas, o nuevas imitando las antiguas, ideales para darte tranquilos paseos.
Y quién ha dicho que son exclusivas del verano. Son perfectas para cualquier época, eso sí, mejor con aleta sobre la rueda trasera si vas a andar con ellas sobre terreno un poco mojado.
Pensando en que vienes de vacaciones unos días y que ya traes bastante con el equipaje de toda la familia, en las casas del Campo disponemos de bicicletas gratis para que la utilices mientras estés aquí y te lleves de recuerdo todas estas sensaciones rurales y de libertad de las que te hablo.